No te quejes... actúa... recurre a tí mismo

Para ser fuertes, primero tenemos que reconocer y atender nuestras partes débiles.

Tu proceso se sanación necesita de tu valentía, tu esfuerzo, tu coraje, tu perseverancia, incluso tu rebeldía.... para liberarte por fin de tus pesadas cargas internas.

Hay momentos en la vida donde lo único que va quedando como recursos para sentirnos mejor es escuchar nuestra voz interna.

Hay relaciones que nos permiten en su trato ese recreo, se llaman amigos.

Nos permiten conectarnos con esa voz interior que sabe demasiado de nosotros y que tiene mucho que decirnos.

También hay sitios de relajación fisica y mental, donde entramos solo a escuchar en el silencio esa misma voz interna que a veces la tenemos tan enterrada por la vida acelerada y estresada que llevamos a diario.

También están las terapias, sitios de reencuentro con uno mismo... con nuestras sombras y nuestras luces... con nuestras herramientas de lucha más efectivas... con nuestros lados conflictuados... y necesitamos sentarnos todos en una misma mesa a hablar y dejar las cosas claras.

Cuando por fin damos voz a nuestro interior, sentimos que algo se libera... y se aclara.

Pueden salir mil fantasmas que asustan... pero también salen nuestros potenciales dormidos... nuestras capacidades de lucha... nuestros soldados rebeldes con ganas de continuar las luchas... esperando los momentos de tregua, de goce, de crecimiento y disfrute.

Si la vida ya nos ha enseñado que ese es el círculo que todos recorremos...entonces no demores las cosas...no las postergues...no te empeñes en tapar voces que son las que realmente te ayudarán.

Nadie sabe mejor que tu mismo todo lo que callas, todo lo que cargas, todo lo que duele, todo lo que te hace feliz.

Dale voz a tu interior... ve a un sitio a relajarte... a mirar un horizonte diferente... conéctate... escucha... y libérate.

Ps. Patricia Cabrera Sena
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