La mente y el corazón en el ring
"No es que el corazón no te hable, es que tu cabeza no se calla" (Rafael Vídac)
Esa lucha eterna en nuestro interior.
Son excepcionales los casos en que ambas partes encuentran un equilibrio, aceptación y armonía sin quebrarse una de ellas.
El que se deja llevar más por una parte, luego viene su lado postergado a quejarse y a reclamar.
El que fue muy racional y pensador a la hora de tomar decisiones y actuar, se queja por no haber escuchado lo que su interior reclamaba a gritos.
El que se dejó llevar por la pasión y priorizó emociones, atracciones y sensaciones con el tiempo suele enojarse consigo mismo diciéndose: ¿por qué no me detuve tan solo 5 minutos a pensar mejor lo que hacía?
Todos tenemos en nuestra forma de ser la marca que nos hizo diferentes... nuestra historia nos marcó y nos llevó a priorizar más: o la mente o las emociones.
Suele ser excepcional el que logra actuar en un equilibrio perfecto entre ambas partes.
Y es obvio que pase esa lucha, porque una parte prioriza intereses muy diferentes a la otra.
La parte racional protege a través de razonamientos lógicos, del "uno más uno", de lo esperable, su mensaje siempre es: si haces ésto, pasará aquello... ¿qué quieres realmente para tu vida? debes elegir lo mejor para ti... decide con sensatez, inteligencia, prudencia.
La parte instintiva, emocional, prioriza en forma opuesta: tus sensaciones, tus sentimientos, tu no privarte de lo hermoso que hay para vivir, para transitar, para arriesgarse y gozar, esa parte tuya está convencida que ahí está la base de cualquier forma de crecer, aún pisando barro y ensuciándose, aún cayendo... el asunto es escuchar lo que nuestro interior siente y reclama, y dejarlo que viva... que se manifieste.
Por eso sería todo un milagro que dos formas de ver y vivir la vida tan diferentes lleguen a un acuerdo justo para ambas partes.
De todas maneras lo justo y lo ideal sería que nosotros, los humanos que estamos dentro de esos cuerpos donde conviven esos opuestos, aceptemos que necesitamos de ambas partes para vivir en paz.
Si le damos un poco de cada una ... ambas estarán en diferentes momentos viviendo en forma equilibrada su camino, experimentando lo que desean, sin arrasarse ni dañarse entre ellas... y permitiendo al dueño de esa vida que atraviese todas las sensaciones, incluidas las emocionales y las racionales.
Ambas partes tienen su razón de ser... lo malo es volcarse por entero a solo un lado, dejando al otro asfixiado.
Nadie será feliz solo racionalizando todo.
Nadie erá feliz solo dejando que sus emociones arrasen todo en su vida.
En realidad ambos aspectos (bien llevados) se complementan.
Deberíamos lograr ese equilibrio y permitir que ambas partes se entiendan, se perdonen, se expliquen lo que sienten, y negocien acuerdos.
El que siempre se deja llevar por lo emocional debe admitir que introducir una parte de la razón que lo ayude a pensar puede ser una buena forma de defenderse en la vida y no cometer tantos errores solo por dejarse llevar por los sentimientos.
El que por el contrario razona todo en su vida, cualquier movimiento está precedido por un cálculo... análisis y decisión objetiva y no pasional... previendo las consecuencias, sabe en el fondo que teme sentir... no se perdonaría a sí mismo errores, no podría vivir con la conciencia tranquila si todo le sale mal. Necesita tener la certeza de que antes de tomar una decisión debe usar su raciocinio a fondo, porque será su mejor manera de protegerse de lo que suceda después... para ésta parte dejarse llevar por los sentimientos es el peor error cometido.
Ambas partes se pierden partes importantes y determinantes del ser humano, porque todos tenemos raciocinio para usar, y emociones para sentir.
No podemos imponer ser solo una... por miedo... o por rechazo a la otra parte.
Somos ambas.
No hay forma de sacarle al hombre su razonamiento, lo tenemos.
Ni tampoco hay forma de borrar los sentimientos. Surgen aunque uno no quiera.
Están ambos.... ¿qué mejor que logren un acuerdo y equilibrio dentro nuestro?
Piénsalo, seas del grupo que seas, algo en tu vida, en tu pasado, te hizo ser así... hay razones para ser como eres, la historia de cada uno nos determina a ser así. Algunos se inclinan más a ser racionales y usan el pensar (sin descanso) como una herramienta básica para vivir... Otros por el contrario no conciben vivir sin sus emociones... y no pueden evitarlas, surgen sin control, arrasan e invaden sus vidas, y cuando quieren razonar algo que dijeron o hicieron, ya es demasiado tarde, su parte racional lo castiga.
En terapia intentamos que ambas partes se escuchen por fin, pero no para pelear y llorar, ni para odiarse, ni echarse cosas en cara... no... se sientan a conocerse en serio... lo que cada una tiene para darle a la persona que crece dentro del mismo cuerpo que ambas están.
Nuestra parte racional y la emocional necesitan entenderse... saberse... enfrentarse pero no para ver quién gana sino para tener un mismo objetivo: conocerse, aceptarse y convivir en el interior de ese cuerpo en el que laten ambas, en paz... dejando al dueño de esa vida satisfecho con lo que hace, siente, decide, razona y vive.
Piensa en tu propio equilibrio interno... y busca los espacios para lograrlo... no puedes luchar contra lo obvio... hay dos partes opuestas dentro de ti... deben aceptarse... y negociar, cuidar el recipiente donde ambas laten y existen: tú... y solo de ésta manera sentirás que por fin vivirás más tranquilo.
Ps. Patricia Cabrera Sena
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