Cuando tu voz llegue al futuro
¡Alerta! ... ¡atento! cuida lo que dices... condicionará la vida del que te mira atento en cada paso que das ahora mismo, en cada palabra que sale de tu boca.
Háblale a tu hijo como quieras que mañana se hable a sí mismo.
A muchos padres les cuesta creer que lo que dicen hoy... tendrá un eco impactante mañana.
Y no hablamos de un mañana inmediato. No.
Hablamos del mañana donde su hijo ya será un adulto, que como tal estará transitando vivencias de toda índole, experimentando lo bueno y lo malo de la vida, subiendo y bajando en emociones, descubriéndose a sí mismo, sintiéndose en constantes desafíos, poniéndose a prueba con miedo en sus capacidades, enfrentando competencias, intentando escalar muchas montañas diferentes...
Será un adulto como eres tu hoy.
Será una mujer, o un hombre. Intentando reencontrarse, afirmarse, conocerse.
Y en cada caída se hablará a sí mismo.
Desesperado como muchos... buscará rincones solitarios para pensar, para decidir, para actuar... y tendrá largos monólogos internos... recordará en esos momentos a sus voces mágicas del pasado, que le dieron orientación, guía, consejos, luces en la oscuridad.
La palabra mágica del adulto que más lo amó.
En su interior se dirá convencido: "solo alguien así (como es la voz de un padre) me dirá las mejores, más sinceras y sabias recomendaciones para salir de mis problemas... ¿qué hubiera hecho él en mi situación? ... ¿qué me hubiera dicho?..."
Y ahí reaparecerá con una fuerza determinante tu voz del pasado.
Tus consejos. Tus indicaciones. Tus prevenciones. Tus advertencias. Tus sugerencias. Tus órdenes.
Tu voz se irá convirtiendo sutilmente en la suya.
Lo que decías ayer serán ahora sus palabras.
Tus exhortaciones pasarán a ser las suyas.
Tus motivaciones serán el empuje que él se de a sí mismo ahora.
Tus alertas para que no se lastime... tu manera de hacerle ver los peligros, aprender a anticiparlos, a protegerse.
Tu guía para levantarse en las caídas.
Lo mismo a la hora de enseñar cómo tratar al otro, cómo respetarlo, cómo cuidarlo, cómo amarlo.
Tus formas de trasmitirle los valores, los principios, la dignidad, y lo importante que es poderse apoyar en ellos para seguir firme y con la cabeza en alto el camino... pase lo que pase, digan lo que digan otros.
Cada palabra que salga de ti hoy... será una referencia para él mañana.
¡Tu hijo tendrá tu voz!
Tu voz vale ahora... ¡pero valdrá más mañana!
¡Alerta! ... ¡atento! cuida lo que dices... condicionará la vida del que te mira atento en cada paso que das ahora mismo, en cada palabra que sale de tu boca...
Aunque el hijo de pequeño y más aún de joven te critique, aunque se burle, aunque se rebele, aunque se vuelva sarcástico, aunque te rechace con el peor desprecio... mañana entenderá lo que hoy no entiende... y (aunque no lo creas y aunque no lo diga) ¡te lo agradecerá!
Ps. Patricia Cabrera Sena
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