¿Conoces el camino de regreso a ti?
Obsérvate... no eres lo que eres, sino lo que te han hecho creer que eres. Regresa a ti mismo.
No tiene que ser casual que una de las frases más escuchadas en terapias suele ser: "¡Me perdí de mi mismo!... yo no soy esta persona... ¡yo sé que soy otro!... me desconozco... yo no solía pensar así... ¡ni siquiera actuar así!"
Cuando la persona toma conciencia de haberse perdido de sí misma... es cuando más se asusta... porque no sabe su camino de regreso a aquella etapa de su vida donde se sentía dueño de su persona, de su cuerpo, de su tiempo, de lo que pensaba, de lo que decía, de lo que callaba, de cómo actuaba...
Era un ser más claro, más nítido, no lo confundían tanto lo que otros dijeran, ni las críticas, ni las apreciaciones injustas de otros le afectaban.
Estaba seguro de lo que quería y cómo conseguirlo. Conocía sus miedos y no le daba pudor reconocerlos. Sabía de sus limitaciones... y lo que amenazaba su camino no era un freno sino un reto.
Obviamente no volveremos a ser jóvenes en cuerpo... pero sí podemos regresar a esa parte de nosotros donde nos sentíamos más dueños de nuestro camino... más conocedores de nuestras capacidades... más valientes ante los desafíos... y donde el otro solo era alguien que elegíamos y no que nos imponían y debíamos soportar.
La vida siempre se encarga de tirar al piso sueños... en ocasiones de pulverizarlos casi... y en ese preciso momento es donde se pone a prueba nuestra capacidad de motivación, de inspiración, de rebelión, de reconstrucción, para convertirnos en nuestra principal herramienta que nos impulse y estimule hacia un cambio concreto.
Si estás perdido de esa esencia tuya que te permitiría avanzar y mejorar... debes buscar la forma de regresar a ella y revivirla.
La mejor forma es dejar de ver y escuchar tanto el mundo exterior y volver al interior... bajo muchas capas de olvido y represión encontrarás tu potencial dormido esperándote para que lo despiertes y lo pongas en acción.
Tu no eres lo que otros te dijeron... eres alguien con más potencial del que imaginas. Con más capacidades de las que crees. Con más posibilidades de las que otros te contaron... y tu aceptaste.
Vuelve a ti.
A veces solo se trata de buscar espacios donde hablar contigo...
Donde revivirte... rescatarte... y ayudarte tu mismo.
Ya no esperar de otros lo que tu te puedes dar... eres el mejor para motivarte porque eres el que más sabe de tus aptitudes y reales condiciones. Tus límites y tus poderes.
Regresa a ti... luego que te liberes de viejos despojos que quizás otros te hicieron creer que eras... cuando te veas por fin frente a frente contigo mismo... y te resignifiques... recordarás por fin tus reales ganas de vivir.
Ps. Patricia Cabrera Sena
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